domingo, 24 de mayo de 2009

POESÍA (Trabajo/Ensayo)

Texto seleccionado por: Álvaro Castro el 27 -03- 2004 (Revista ATANOR.-POESÍA PURA)Definición: Poesía, forma del discurso literario o artístico que se rige por una singular disposición rítmica y por la relación de equivalencia entre sonidos e imágenes.
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1.INTRODUCCIÓN
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La poesía o discurso poético (que a menudo se usa como sinónimo de verso para oponerla a la prosa) une a veces la organización métrica a la disposición rítmica y,en esos casos, puede tener una estructura estrófica. Según el filólogo crítico español Tomás Navarro Tomás, "la línea que separa el campo del verso del de la prosa se funda en la mayor o menor regularidad de los apoyos acentuales".
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2.LA NATURALEZA DE LA POESÍA
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La poesía puede considerarse como una de las artes más antiguas y difundidas. Originalmente unida a la música en la canción, se fue independizando y el ritmo propiamente musical fue sustituido por el ritmolingüístico.
Este fenómeno ha motivado ciertas definiciones de poesía en las quese otorga papel relevante a la métrica y deja de lado prácticas poéticas, como labasada en versículos (de la Biblia a Walt Whitman) o el verso libre, en las queimporta más lo rítmico que lo estrictamente métrico. Desde un punto de vista métrico, la poesía traslada al lenguaje una experienciahumana emocional y sensualmente significativa.
El metro puede basarse en la intensidad de las sílabas (fuertes o débiles) o en su acentuación. Si una sílaba es fuerte o débil, acentuada o inacentuada, depende de una cuestión de longitud-más larga o más corta-, como en el verso árabe o en el verso clásico griego y latino.
En el verso griego, por otra parte, tanto el tono como la longitud silábica cumplen un papel en la determinación del acento. También depende de la intensidad más fuerte o más suave, como en el verso latino medieval y, en general,en el verso germánico.
No todas las lenguas tienen diferencias tan señaladas en elénfasis silábico, sin embargo; tampoco todos los poetas eligen explorar estas diferencias para crear modelos rítmicos.
En muchas lenguas, el ritmo poético depende menos de las diferencias entre las sílabas como de la longitud del verso. Ésta se deriva del número total de sílabas en un verso (verso silábico), como en la poesía francesa, italiana, china, japonesa y galesa; o del número de sílabasacentuadas en un verso (verso acentual), como en la antigua poesía inglesa aliterativa; o por la combinación de número y acento.
En español, los versos pueden ser métricos, cuando poseen el mismo número de sílabas; amétricos, si no mantienen esa igualdad silábica. Éstos también se llaman asilábicos o irregulares y pueden ser acentuales, cuando repiten en número variable elmismo tipo de cláusulas rítmicas (véase Versificación); libres, cuando no se rigen por medida silábica ni por igualdad de cláusulas rítmicas. También los hay fluctuantes, cuando se someten a ciertos límites silábicos o rítmicos.
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3.FORMAS POÉTICAS
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La incorporación de nuevas formas de construir poesía,como el poema en prosa o la prosa poética, del mismo modo que la fusión entre lo narrativo, lo lírico y hasta ciertos rasgos de teatralidad en la poesía tradicional(véase Poesía pastoril, por ejemplo), hace cada vez menos convincente la teoríaque reduce lo poético a la disposición en versos que, a veces, se combinan en estrofas. El ritmo acentual acaba siendo el rasgo determinante y, por tanto, ni siquiera el aspecto estrictamente métrico (la cantidad de sílabas) resulta distintivo.
A través de las sucesivas etapas de la poesía española, han coexistido la versificación amétrica y la regular. Comprueba Tomás Navarro que la estructura rítmica del Poema del Cid, con su fluctuación en hemistiquios (véaseVersificación) de seis, siete y ocho sílabas, es la que perdura en la prosa castellana. Si, por otra parte, en un poema importan, junto con la regularidad acentual, las distintas pausas que hacen a la respiración del texto, debe tenerse en cuenta que la conversación también se sostiene en una base rítmica y que ésta, elaborada artísticamente, conduce al poema.
El ritmo del habla, en otras palabras, sustenta el ritmo de la construcción poética. Tomamos, por ejemplo, una estrofa del poema"Walking Around" de Pablo Neruda:
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"Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.
Sin embargo seríadelicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío".
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Desde el punto de vista métrico, se combinan versos alejandrinos (1º, 5º y 6º), endecasílabos (3º y 4º), dodecasílabos (8º y 9º), un heptasílabo (2º) y un pentasílabo (7º). Estos dos últimos pueden entenderse como descomposición de un dodecasílabo. Los seis primeros versos tienen acentos regulares en la sexta y la décima sílabas y su primer acento oscila entre la segunda y la tercera. El séptimo introduce unavariante con respecto a los anteriores: acento en cuarta, énfasis que se repite enlos dos últimos que, además, acentúan la novena y, por fuerza, la decimoprimera. En el último verso, los tres últimos acentos caen sobre la i : gritos, morir, frío, efecto anticipado en sería, ir y cuchillo. Salvo en el séptimo verso, donde se da un ritmo trocaico (oóoóo), y en la alternanciatroqueo (oó)- dáctilo- (óoo) anapesto -(oó) de los dos últimos, en general se impone la frecuencia acentual del dáctilo (óoo) y del yambo (oó).
Además de los acentos, hay otros recursos fónicos que sostienen al poema: paronomasias entre sucede, canso, sombra, ser, sin, sería, delicioso, asustar; entre pies y pelo; entre sombra y hombre; entre muerte y monja; entre callesy cuchillo; entre bello, calles y cuchillo; entre gritos, morir y frío; terminaciones semejantes (notario y lirio, monja y oreja) que, a su vez, introducen, desde el punto de vista semántico, antítesis con intención irónica; rimas internas asonantes(notario y cortado); polisíndeton, uso repetido de las conjunciones entre dos o más términos o frases (...de mis pies y mis uñas/y mi pelo y mi sombra). Al no haber rimas finales, resulta interesante observar -para entender los acordes, la música del poema- cuáles son las vocales finales acentuadas más frecuentes. En este caso, a pesar de la libertad compositiva, llama la atención la simetría: U (uña)-O O O (sombra, hombre, delicioso) -A (cortado) -E E E (oreja, verde, bello) -I (día);y, analizando las más frecuentes (O y E), se comprueba que las átonas finales sonlas mismas (A-E-O: sombra-oreja; hombre-verde; delicioso-bello).
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En un poema en prosa de Juan Ramón Jiménez, "Orillas nocturnas" (Diario de poetay mar), puede descubrirse también una regularidad rítmica que lo define como poesía y que, por tanto, revela una vez más que el verso no es su único instrumento:
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"Un campo muy bajo,
casi sin campo,
terroso, gris, seco.
Un cielo muy alto,
cielo sólo, blanco.
Un gran olor a heno,
áspero abajo,
purísimo arriba.
Se van a separar la tierra y el cielo?...
Grillos y estrellas, enredados,
atan el paisaje".
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Desde el punto de vista de la frecuencia acentual, hay un predominio dactílico, con algunas formas trocaicas, como en "cielo sólo, blanco" (óoóoóo). Aunque no haya intención de adaptarse a una norma métrica, merece la pena medir la duración de los distintos periodos entre puntos para descubrir que el primero tiene 17 sílabas (6: un campo muy bajo; 5: casi sin campo; 6: terroso, gris, seco, grupo este último con compensación entre la s de gris y la de seco y que demuestra queno siempre coincide el acento gramatical con el rítmico pues los fundamentalesacentos van en la segunda sílaba y en la penúltima, según el esquema (oóo), en el que gris resulta átona),
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el segundo 12 (6: un cielo muy alto; 4: cielo sólo; 2: blanco),
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el tercero 18 (7: un gran olor a heno; 5: áspero abajo; 6: purísimo arriba),
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el cuarto 12,
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el quinto 15 (5: grillos y estrellas; 4: enredados; 6: atan el paisaje).
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Destacan además las asonancias internas en a-o (campo-bajo-campo, alto-blanco, ásperoabajo, enredados), en e-o (seco, cielo, heno), y una sola vez en i-o (purísimo, grillo). La organización musical del texto abarca las semejanzas fónicas, a manera de acordes, y también las variaciones que incluyen el contraste entre un tipo de sucesión rítmica y otro, las correspondencias entre ciertos sonidos y la atmósfera que se pretende comunicar, el uso de los signos de puntuación como reveladores de pausas expresivas.
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Aunque puedan captarse diferencias rítmicas entre un poema (en verso o en prosa) y un fragmento de prosa narrativa, es verdad que las dos formas artísticas ofrecenla posibilidad de descubrir rasgos métricos y musicales -del sonido a los silencios-coincidentes.
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Un excelente ejemplo se encuentra en los periodos rítmicos del Ulises del novelista irlandés James Joyce, cuya riqueza ha sido trasladada satisfactoriamente al castellano por José María Valverde.
El escritor cubano Guillermo Cabrera Infante también ha puesto su talento de escritor en acción para traducir otras obras de Joyce.
En lengua española existen varios casos de prosa cuidada y atenta al ritmo. Si éste no existe, no sirve de pretexto el lugar común según el cual el ritmo es patrimonio de la poesía. Ejemplos como Gabriel Miró ("Comienza el color en la raya del mar. Amanece en las aguas un huerto de granados, de naranjos, de cidros", Años y leguas), Luis Martín Santos en Tiempo de silencio, Julio Cortázaren Rayuela, José Lezama Lima o el propio Cabrera Infante, bastarían para demostrar que cuando la prosa es buena no se aparta del quehacer poético en sentido amplio.
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4.TIPOS DE POESÍA
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La condensación, una marcada tendencia al uso de imágenes y un fuerte componente emotivo y sensual son características de la amplia variedad de poemas llamados líricos. Resultan más fácilmente definibles las otras grandes divisiones de la poesía:
-narrativa (poemas épicos, baladas,romances, cuentos y fábulas en verso)
-y dramática (la poesía como discurso directo en circunstancias específicas).
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La poesía lírica, sin embargo, abarca desde himnos, nanas, cantos de taberna y canciones populares hasta la enorme variedad de poemas y canciones de amor; desde las punzantes sátiras políticas hasta la más o menos oscura poesía filosófica; desde las epístolas en verso a las odas; desde los epigramas y sonetos a las elegías.
Existe una clara distinción entre la poesía como arte puro y la llamada poesía didáctica, cuyo extremo lo constituyen ciertos recursos mnemotécnicos ("treinta días trae noviembre, con abril, junio y septiembre") o los intentos de hacer el aprendizaje más entretenido.
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En la tradición clásica se hablaba del prodesse et delectare ('instruir deleitando') y ese fue el ideal dominante durante varios siglos. El siglo XIX y sobre todo el XX inauguran la búsqueda de una literatura que, sin abandonar las preocupaciones morales, se base más en la respuesta individual y, con ella, en el papel cada vez más relevante del lector, que habrá de tener una actitud participativa, capaz de leer entre líneas y de extraer sus propias conclusiones.
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Cuando el interés de la comunicación se centra en el conocimiento por sí mismo o en la instrucción práctica, el término poesía resulta inapropiado. En sus Geórgicas, Virgilio intenta en realidad instruir a sus lectoresen el arte de la agricultura. En obras de este tipo, se impone la necesidad de una expresión clara de un ordenamiento lógico y de una presentación completapor encima de la proyección poética de la experiencia humana.
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Entre los poetas líricos, los japoneses han aportado un ejemplo insuperado de concisión y brevedad. Las dos formas favoritas son el tanka, con una tradición ininterrumpida de unos 1.300 años, y el haiku, cuyo origen se remonta al siglo XVI y ha tenido una notable influencia en los poetas occidentales a principiosdel siglo XX.
Ambas formas renuncian a la rima y se basan en el cómputo silábico: el tanka abarca 5 versos, dos pentasílabos (primero y tercero) y tres heptasílabos (segundo, cuarto y quinto). El haiku tiene sólo tres versos de 5, 7 y 5 sílabas, respectivamente (17 sílabas en total).
El haiku, que se ha definido como una especie de satori o iluminación, podría considerarse el emblema de la poesía por su capacidad de condensar sensaciones, imágenes y, más aún, esbozos de una imagen.
Vinculado con la filosofía zen, importa captar un momento mínimo que suele pasar inadvertido a la mirada habitual. No es la subjetividad poética lo que importa sino ese hallazgo quehabla de una comunicación con el universo.
El haiku se difunde en la literatura occidental desde principios del siglo XX: primero en Francia, donde Paul Louis Chochoud publica en 1905 un libro de poemas y en 1906 un ensayo titulado Los epigramas líricos de Japón; en Inglaterra, entre 1908 y 1912, se reunieron varios poetas interesados en el haiku, entre ellos Hilda Doolittle y Ezra Pound, quien llegó a decir que "es mejor presentar una sola imagen en toda la vida que producir obras voluminosas".
En España y América, el haiku no resultó una forma extraña, sobre todo por su proximidad con el epigrama, la adivinanza y la seguidilla (véase Versificación), que alterna versos de siete y cinco sílabas.
El primer poeta que escribe haikus es el mexicano Juan José Tablada (1871-1945), quien visitó Japón en 1900. Lo más común entre los poetas de lengua española es recuperar la brevedad del haiku ("poesía miniatura", dice Tablada) sin que se cumpla necesariamente el canon de las 17 sílabas. Sin embargo, a través de la sucesión 5-8-4, la fórmula ideal se realiza en este poema de Tablada:
"Tierno saúz
Casi oro, casi ámbar,
Casi luz..."
donde la densidad reside en la gradación lumínica (oro-ámbar-luz), captada como impresión gracias al adverbio casi, y en la unión de esos matices de color (sensación visual) con el atributo tierno (¿sensación táctil, gustativa, alusión a su delicadeza y fragilidad?). La imagendel saúz (sauz o sauce) se esboza mediante una sinestesia, es decir, la aproximación de dos dominios sensoriales.
Otros modernistas como Tablada se acercaron al haiku y a la poesía japonesa, como por ejemplo, el poeta modernista español Manuel Machado. Entre los poetas posteriores, destacan el ecuatoriano Carrera Andrade, los mexicanos Carlos Pellicer, Xavier Villaurrutia, José Gorostiza, Octavio Paz y Alfredo Boni de la Vega (1914-1965), compilador de la primera antología del 'haikai hispano',en 1951. Este último es autor, además, de un haiku fiel al modelo que tiene mucho de adivinanza:
"Flor de tristeza que se abre cuando el llanto del cielo empieza".
Solución: el paraguas.
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5.-TRADICIÓN POÉTICA
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El caso de la influencia de la poesía japonesa en la literatura occidental permite plantearse el vínculo de la poesía con la tradición. Todas las vanguardias del siglo XX, aunque buscan en la experimentación nuevas formas de concebir y practicar la poesía, no pueden desligarse de lo que han sido los grandes testimonios poéticos de distintos periodos históricos. La ruptura con lo anterior supone también continuidad porque, en definitiva, en la base de la nueva creación está la relectura de los viejos poetas. Como dice Michel Foucault, "lo nuevo no está en lo que se dice, sino en el acontecimiento de su retorno".
Lamentablemente, muchos poemas se han perdido en el transcurso de los siglos, porque existían sólo como parte de la tradición oral o bien porque muchos manuscritos desaparecieron por su deterioro paulatino o fueron destruidos. Parte de la destrucción se produjo por causas naturales; en ocasiones, por el saqueo de bibliotecas y centros de enseñanza; algunos, como en el caso de la magnífica poeta griega Safo, por culpa de la intolerancia.
Durante la era cristiana, los escritos de Safo acabaron en la hoguera y sólo se salvaron 700 versos: unos, porque estaban incluidos en antologías libres de condena; otros, en citas hechas por escritores cuyas obras sobrevivieron; otros, por fin, porque ciertos embalsamadores egipcios llegaron a envolver a las momias con tiras de papiros donde había escritos versos suyos. De algunos escritores griegos sólo sobreviven sus nombres.
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La invención de la imprenta en el siglo XV favoreció en gran medida las oportunidades de supervivencia del libro. Los avances tecnológicos del siglo XX en tareas de almacenamiento y recuperación hacen teóricamente posible preservar cualquier poema. Frente a lo que se ha conservado de los últimos 5.000 años, las futuras generaciones de lectores tendrán acceso a una enorme cantidad de versos del pasado.
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6.EL ORIGEN DE LA POESÍA
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Sin embargo, está a nuestro alcance la cantidad suficiente de poesías de otros tiempos como para deducir de ellas algunos aspectos perdurables de la expresión poética, más allá de las épocas o las culturas. En inscripciones jeroglíficas egipcias del 2600 a.C. se han encontrado tipos de poesía que hoy siguen resultando familiares: se trata, evidentemente, de canciones, aunque sólo se ha conservado la letra y no la música, que abarcan géneros diversos como lamentos, odas, elegías, himnos.
Muchas de ellas tienen significación religiosa, rasgo que, además de acercarlas a la poesía de otros pueblos antiguos como sumerios, hititas, asirio-babilónicos, judíos, permite enunciar la hipótesis de que los orígenes de la poesía se encuentran en la expresión comunitaria, probablemente asociada con la danza, del espíritu religioso. En consecuencia, el ritmo de la danza puede marcarse no sólo con pasos, palmas o gritos rítmicos, sino también con palabras cantadas.
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La canción, pues, funda la poesía y la música instrumental. Cantos de labor (también encontrados en inscripciones funerarias egipcias del tercer milenio a.C.), nanas, canciones de juegos y otras formas acompañantes de actividades rítmicas debieron desarrollarse al mismo tiempo que las canciones religiosas. El aspecto ritual de la poesía es aún evidente en las canciones de muchas culturas, entre los chamanes y en fórmulas de encantamiento, en salmos y conjuros, como el que se dice en Galicia mientras se enciende el orujo para hacer la queimada. También la poesía narrativa remonta sus orígenes a la práctica religiosa.
En diferentes momentos de su evolución, las canciones épicas cuentan los mitos de la creación y de los dioses; la vida de los semidioses; y, finalmente, la vida de los héroes. Así ocurre con la epopeya babilónica del Gilgamesh, con la Iliada y la Odisea de Homero, con el Ramayana y el Mahabharata indios, la epopeya medieval francesa Chanson de Roland, la anglosajona Beowulf, la castellana del Cantar de mío Cid.
La poesía de índole dramática también está vinculada a lo religioso, como ocurre en los antiguos festivales griegos y en la liturgia cristiana. Cuando la tradición del poema cantado cede el paso a la tradición escrita, es decir, cuando las palabras se seleccionan y combinan independientemente de las necesidades melódicas, se impone el aspecto visual de la poesía. Así surgen experiencias como los caligramas (véase Apollinaire) que, de todos modos, ya aparecían en algunos poetas griegos antiguos y en la poesía de los siglos XVIIy XVIII español: la poesía concreta; la poesía fonética que, a pesar de su fundamento en las onomatopeyas y en la armonía imitativa, sigue siendo un fenómeno de escritura.
Destacan en estas experiencias el brasileño Haroldo de Campos, el mexicano Octavio Paz, los españoles Juan Hidalgoy Joan Brossa, por citar sólo algunos ejemplos.
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7.EL FUTURO DE LA POESÍA
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Ciertos avances tecnológicos como el ordenador pueden modificar formalmente la poesía, pero no su importancia, porque, como cualquier otro arte, sobresale por su capacidad de adaptación a los nuevos recursos y a las nuevas necesidades. La poesía, por otra parte, no es exclusivamente un fenómeno libresco. Acciones poéticas o performances, recitales públicos, combinación de poesía e imagen en muchas experiencias de vídeo, hablan a las claras de su vitalidad y tal vez de un impulso ligado también a sus orígenes: el de convertir la palabra en un rito compartido.
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Para mayor información, véanse los artículos sobre tipos y formas de poesía y sobre movimientos poéticos; véanse también las biografías de los poetas y los artículos sobre las literaturas de los diferentes países.

LAS REGLAS DEL HAIKU

Este artículo fue publicado en Rumano en el periódico para The Constanta Haiku Society Albatross.

Posteado por LUMEN
(Ultraversal: TEORÍA POÉTICA: 11 de octubre de 2006
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"Las reglas de haiku que han 'venido e ido' (come and gone) - ahora en castellano. Haga su elección".
Jane Reichhold, USA. jreichol@m... (1996)
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Haiku, que aparenta ser tan liviano, libre y espontáneo, está basado en la disciplina. Si usted desea escribir haiku, usted está manifestando el deseo de tener algunas reglas más en su vida. Y las reglas no son malas siempre y cuando sean reglas para su trabajo.
Usted habrá escuchado un dicho de Robert Frost que dice; "la poesía sin reglas es como un partido de tenis sin red, y esto vale también para haiku." Y Basho tambien tenía su lema, "aprenda las reglas, y luego olvídelas!". Pero primero dijo él, 'aprenda las reglas'!
Si usted está en esa etapa del juego (todos somos, en todo momento, estudiantes), aquí hay algunas reglas viejas y nuevas. No se pueden, físicamente, seguir todas ellas porque son conflictivas, pero espero que elija un grupo justo para usted. Luego escriba sus pensamientos, impresiones y sentimientos mientras sigue sus propias reglas. Tan pronto adquiera la práctica (se dará cuenta que su haiku suena todo parecido) es tiempo de levantar la red de tenis eligiendo una nueva regla, sea de esta lista o de una que usted haya hecho de leer y admirar otro haiku o -y esto es posible y no una traición- de otro género de poesía.
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Aquí vamos:
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1. Diecisiete sílabas en una línea.
2. Diecisiete sílabas escritas en tres líneas.
3. Diecisiete sílabas escritas en tres líneas divididas en 5-7-5.
4. Diecisiete sílabas escritas en una línea vertical (texto hacia la izquierda o centrado).
5. Menos de 17 sílabas escritas en tres líneas como corta-larga-corta.
6. Menos de 17 sílabas escritas en tres líneas verticales como corta-larga-corta (Ala Barry Semegran)
7. Escriba lo que puede decirse en una respiración.
8. Use una palabra de estación (kigo) o una referencia estacional.
9. Use una cesura al final de la primera o de la segunda línea, pero no de las dos.
10. Nunca haga que las tres línea sean una oración completa o continua.
11. Haga dos imágenes que sólo sean comparativas cuando iluminadas por una tercera imagen. Ejemplo: espíritu en retroceso / limpiando primero la estufa negra / y lavando mis manos
12. Haga dos imágenes que sólo sean asociativas cuando iluminadas por una tercera imagen. Ejemplo: Halo blanco de fuego / al momento del eclipse / veo tu rostro
13. Haga dos imágenes que sólo estén en contraste cuando iluminadas por una tercera imagen. Ejemplo: dos cosas listas / pero sin tocar el espacio entre ambas / fuego
14. Siempre escrito en tiempo presente de "aquí" y "ahora".
15. Uso limitado (o ningún uso) de pronombres personales.
16. Use pronombres personales escritos en minúsculas. Ejemplo: yo soy (N. De T.: en inglés es 'i am a...' que tiene sentido porque "I" siempre debe escribirse en mayúsculas)
17. Eliminando los usos posibles de gerundios.
18. Estudie y controle los artículos. ¿Usa demasiados el/la? ¿Muy pocos? ¿Todos los mismos en un poema o variados?
19. Use sintaxis común en ambas frases.
20. Use fragmentos de oraciones.
21. Estudie el orden en que se presentas las imágenes. Primero, la vista gran angular, distancia media y primer plano. (Gracias a George Price por esta aclaración!)
22. Guarde el remate para la línea final.
23. Trabaje para encontrar las más fascinantes y cautivantes al ojo primeras líneas.
24. Sólo escriba acerca de cosas comunes en un modo común usando lenguaje común.
25. Estudie Zen y deje que su haiku exprese la forma sin palabras de lograr imágenes.
26. Estudie cualquier religión o filosofía y deje que esto haga eco en el fondo de su haiku.
27. Use sólo imágenes concretas.
28. Invente expresiones líricas para la imagen.
29. Intente tener niveles de significado en el haiku. En la superficie es una serie de imágenes simples; por debajo, una lección de filosofía o de vida.
30. Use imágenes que evoquen seclusión simple y rústica o pobreza asumida. (Sabi)
31. Use imágenes que evoquen separación clásica elegante. (Shubumi)
32. Use imágenes que evoquen imágenes románticas nostálgicas. Belleza austera. (Wabi)
33. Use imágenes que evoquen una soledad misteriosa. (Yugen)
34. Use paradojas.
35. Use juegos de palabras.
36. Escriba de lo imposible de una forma común.
37. Use imágenes elevadas e inspiradoras. (Sin guerra, sexo descarado o crímenes)
38. Diciendo las cosas como son en el mundo real que nos rodea.
39. Use sólo imágenes de la naturaleza. (Sin mención de la humanidad.)
40. Mezclando los humanos y la naturaleza en un haiku relacionando un sentimiento humano con un aspecto de la naturaleza.
41. Designación de humanos como sin naturaleza y dándoles a todos estos haiku sin naturaleza, sino con otro nombre.
42. Evite toda la referencia acerca de usted mismo en el haiku.
43. Refiérase a usted mismo oblicuamente como el poeta, este hombre viejo o con un pronombre personal.
44. No use puntuación para la ambigüedad.
45. Use toda la puntuación normal de una oración
46. Escriba con mayúsculas la primer letra de cada línea.
47. Escriba con mayúsculas la primer palabra solamente.
48. Escriba con mayúsculas los nombres propios de acuerdo a las reglas del castellano.
49. Todas las palabras en minúsculas.
50. Todas las palabras en mayúsculas.
51. Evite las rimas.
52. Rime las últimas palabras de la primer y tercer líneas.
53. Use rimas en otros lugares dentro del haiku.
54. Use aliteraciones. Ejemplo de Calvin en Calvin & Hobbes: "twitching tufted tail / a toasty, tawny tummy: / a tired tiger" (cola nerviosa y peluda / panza tostada y tawny: / un tigre cansado)
55. Use el sonido de las palabras para que resuene el sentimiento.
56. Siempre termine el haiku con un sustantivo.
57. Escriba el haiku sólo desde un momento "ah-ha".
58. Use cualquier inspiración como punto de partida para desarrollar y escribir haiku. (Estos se conocen como haiku de escritorio.)
59. Evite demasiados (o todos los) verbos.
60. Recorte las preposiciones (en - a - entre) siempre que sea posible; especialmente en la frase corta 1/3.
61. Elimine los adverbios.
62. No use más de un modificador por sustantivo. Este uso debe limitarse al sentido absoluto del haiku.
63. Comparta su haiku agregando uno al final de sus cartas.
64. Trate su haiku como poesía; no es un verso de tarjetade salutación.
65. Escriba cada haiku que le surja. Aún los malos. Pueden inspirar al siguiente que seguramente será mejor.
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*** este artículo fue publicado en Rumano en el periódico para The Constanta Haiku Society Albatross.

sábado, 23 de mayo de 2009

EL HAIKU: Origen y evolución

El haiku japonés hunde sus raíces en las viejas religiones de oriente (Taoísmo, Confucianismo y Budismo). Las dos primeras toman forma hacia el siglo V a. C. en China. La tercera procede de la India y, aunque su nacimiento se puede considerar simultáneo, no penetra en China hasta el siglo I a. C. aproximadamente, con la dinastía Han.
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Asimismo, consideraremos como fuente remota la poesía china clásica. La influencia es, por tanto, muy lejana en el tiempo, y se introduce de un modo general en la temática a través de conceptos globales (religiosidad, filosofía...).
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Taoísmo: Fundado por el mítico Lao Tse ("el anciano maestro"), gira en torno a la idea fundamental del Tao, el principio del universo en el que confluyen una serie de opuestos como la vida y la muerte, el bien y el mal, el todo y la nada.
De este principio emanan dos conceptos contrapuestos y, a la vez, complementarios: el yin y el yang (la mujer y el hombre, la tierra y el cielo). El Tao es el gran origen de todo, pero es también el gran vacío. Es una doctrina de la no-acción, preconiza de alguna forma la inserción armónica del hombre en el devenir de la naturaleza, del universo.
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El taoísmo nos enseña a ver la vida como un camino, a no marcar grandes objetivos; más bien se trata de seguir una vía de perfeccionamiento espiritual, de crear un vacío en el alma como forma de acercamiento al Tao a través de la no-reflexión y el no-pensamiento. El haiku bebe de estos conceptos y nos propone a menudo paradojas, estar en contacto con la naturaleza, armonizar espiritualmente nuestra propia existencia con el curso natural del universo... Confucianismo: Moral filosófica que debemos a Confucio (Kong Tse), muerto hacia 480 a. C.
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Sin pensar en seres superiores, Confucio hace una moral al alcance de todos, orientada hacia este mundo; proporciona al pueblo una ética que abarca todas las facetas y circunstancias de la vida. Altera ciertos conceptos del taoísmo, pues podemos considerar ahora tres principios básicos: el cielo, la tierra y... el hombre, que unifica ambos conceptos. Según Confucio, "Los peces están hechos para el agua, los hombres para el camino". Esto enlaza con ciertos conceptos taoístas y con el propio "camino del haiku" que seguirían grandes autores de haiku como Bashó, y que consiste en una vida ascética y frugal, de observación, de identificación con la naturaleza y con el mundo. El confucianismo es una influencia que contribuirá a culturizar la poesía japonesa, tiñéndola de espontaneidad y de moralidad confuciana, y en el aspecto formal, de concisión y simplicidad.
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Budismo: Hacia el siglo VI a. C. vive en la India el creador del budismo, Buda, un pr?ncipe indio cansado del mundo que se retira a meditar. Buda tiene entonces una iluminaci?n: ve el mundo en que vivimos como una serie de enga?os, de falsedades materiales. A partir de este hecho, considera que nuestra vida se desarrolla ignorando el verdadero fondo de las cosas. Para superar este desconocimiento, nos propone un camino de meditación que, en último término, conduce al nirvana o iluminación (satori en japonés).
Alcanzar el nirvana es desprenderte por completo de las ataduras de la vida, crear un vacío interior para "llenarte" de verdad y de cosas buenas. La comprensión y el perdón de Buda están al alcance de todos los humanos.
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Mención aparte merece el zen, heredero de una de las corrientes budistas que se forman tras las revelaciones de Buda, el budismo Mahayana, y de la tradición taoísta. El zen se desarrolla en China, y desde el siglo XII se introduce con normalidad en Japón. Su espiritualidad influye decisivamente en el haiku. En el zen, así como en el budismo, todo es sagrado, todo tiene su dimensión (una mota de polvo contiene la tierra entera).
Enlaza en este sentido con el panteísmo shintoísta, la religión propia de Japón, anterior a las influencias chinas. El zen, por tanto, dota al haiku de simbolismo, de misterio, de amor por la vida sencilla y ascética.
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Poesía china clásica: El siglo VIII es una época de consolidación de la influencia china en Japón, que comienza en el siglo VI. Es una influencia que se extiende a todos los aspectos de la vida cotidiana, desde la religión, como hemos visto, hasta la literatura. En esta última, los temas de influencia serán la añoranza, el paso del tiempo o el cansancio del mundo. Son temas, por lo general, bastante pesimistas.
Como reacción, se llega a producir en el pueblo japonés cierto rechazo a la influencia del continente por miedo a la pérdida de la identidad japonesa más tradicional. Una conocida pieza medieval de teatro Noh (género típico nipón, de lenguaje muy arcaico) llamada "Hakurakuten", nombre de un gran poeta chino de mucha fama en Japón, trata de la expulsión de este poeta a China por miedo a su gran influencia.
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En cuanto a la forma, la poesía china se estructura frecuentemente en grupos de versos cortos que pueden tomarse separadamente, y en ella encontramos antecedentes directos del haiku como los jueju de la dinastía Tang (siglos VII-X), cuartetos de versos de 5 y 7 sílabas que persiguen una poesía sintética del instante, de la percepción sensitiva, tal y como encontraremos en el haiku unos siglos más tarde.
Son notas comunes entre las poesías china y japonesa la espiritualidad heredada de la tradición religiosa y la comunión con la naturaleza.
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Fuentes próximas. Consideraremos como tales las propias fuentes literarias de la cultura japonesa, antecedentes del haiku en su pauta formal y en su contenido. Es imprescindible remitirse al "Manysh?" (colección de las diez mil hojas), primera gran antología medieval nipona que se remonta al siglo VIII y que recoge los géneros poéticos que se practicaban entonces.
Los primitivos katauta, aún anteriores al "Manysh?", eran estructuras formadas por un sólo poema o canción, con dos posibles pautas silábicas: 5-7-7 o 5-7-5 (esta última es la misma que la del haiku). Dos katauta en forma de pregunta y respuesta formaban un mond?, género poético superior. Ya en el propio "Many?sh?" no aparecen katauta, sino otras formas evolucionadas como son el sed?ka, el ch?ka (canción larga) y la popular tanka (canción corta).
La canción larga constaba de versos de 5 y 7 sílabas en alternancia constante sin una longitud prefijada de todo el poema. Las tankas, por su parte, eran dos estrofas de tres y dos versos, de la forma 5-7-5 / 7-7. Por último, los sed?ka eran poemas de dos estrofas idénticas: 5-7-7 / 5-7-7. Todo nos remite en la poesía japonesa, como vemos, a versos de bien 5 bien 7 sílabas, cuestión sobre la que se ha teorizado mucho, achacable según varios autores al propio ritmo de la naturaleza: regularidad con un cierto cambio.
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Poco a poco, conforme van cambiando los propios gustos de los poetas, van desapareciendo géneros como el sed?ka y el ch?ka, convirtiéndose el tanka en la forma dominante, en el waka (canción japonesa) por excelencia. El "Kokinsh?", nueva antología aparecida en el siglo X, recoge sólo 5 ch?ka y 4 sed?ka, siendo el resto (unos 1100 poemas) tankas. La evolución hacia el haiku tiene su primer estadio en la paulatina separación de la primera estrofa de la tanka (llamada hokku, de pauta 5-7-5) del resto del poema. Pero hay un género poético que hace de eslabón entre la tanka y el haiku, que aparece a principios del siglo XII, en el período Heian, llamado renga (que significa canción o poema encadenado).
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El renga consiste en una cadena de tankas compuesta por varios poetas que, en un ambiente festivo y de relajación, de competición si se quiere, van formando la poesía. En esta obra conjunta, el hokku tenía mucha importancia, pues daba pie al resto del poema y debía sugerir un tema o motivo a los poetas que componían el renga.
Esta primera estrofa empezó a cobrar poco a poco cierta independencia, y en las sucesivas antologías se fueron creando secciones dedicadas íntegramente al hokku. Poetas como S?gi, ya en el siglo XV, se dedicarían a componer hokku independientes. Como último paso hacia un concepto de haiku tal y como ha llegado a nosotros, nos encontramos con
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el haikai, nombre que ha llegado a considerarse sinónimo de haiku, y que consiste en un giro que ciertos jóvenes poetas, hacia finales del siglo XV, dan al renga en respuesta a su rigidez formal y conceptual. Haikai es una palabra que ya aparece en el "Kokinsh?" en referencia a los versos cómicos y ligeros.
El haikai renga es, por tanto, un encadenamiento de poemas divertidos, sin mucha trascendencia, de lenguaje simple, sentido irónico y, dicho sea de paso, con poca calidad literaria en general. En este estado de cosas, se forman escuelas dispares que fomentan la creatividad poética de Japón, algunas partidarias de cierta rigidez en sus premisas poéticas y otras de carácter más flexible.
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Matsuo Bashoo, el gran poeta de haiku, se considera deudor de la escuela Danrin, de libertad expresiva, lenguaje llano y amplitud en la temática. Cabe hacer, por último, un apunte sobre el sentido de estación que suele dominar el haiku clásico. Es un rasgo que se da esporádicamente en otras formas poéticas japonesas como sed?ka o ch?ka, y comienza a ser algo más corriente en la tanka.
Es S?gi el primer poeta que insiste en incluir como algo necesario una palabra que referencie la estación del año en el hokku, y se dedica incluso a relacionar ciertos eventos y objetos naturales con estaciones determinadas, para que el lector pueda, tras identificar la estación del año, enmarcar el haiku en un ambiente particular. La costumbre de incluir en el poema esta palabra relativa a la estación (kigo) se convertirá en el futuro en seña de identidad del haiku, al mismo nivel que su pauta formal característica 5-7-5, y llegará hasta Shiki Masaoka, en el siglo XIX.
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Matsuo Basho (1644-1694) está considerado, aún hoy, el mayor poeta de la historia de Japón. No deja de ser parad?jico el hecho de que nunca pretendiera hacer literatura ni ser considerado alguien importante. Basho tiene, sin embargo, el mérito histórico de haber elevado el haikai al rango de arte, rescatándolo del estancamiento en el que estaba sumido desde que las escuelas poéticas más liberales lo mantuvieran como un simple divertimento en manos de ingeniosos poetas.
Basho vive en una época, la de la hegemonía política Tokugawa, en que la sociedad japonesa disfruta de paz y prosperidad. El período Genroku (1668-1703) es de hecho la edad de oro de las letras niponas, con maestros como Saikaku en novela y Chikamatsu en teatro, además del propio Basho en poesía.
Nuestro poeta nace en el seno de una noble familia, y es educado como guerrero samurai en sus años de juventud. Más tarde, al fallecer su maestro, prosigue su camino de culturización estudiando a los clásicos chinos y japoneses y entrando en contacto con la rama más espiritual del budismo: el zen. Sus primeros poemas, influenciados por la escuela Danrin, son intrascendentes y ligeros. Pero a medida que crece su religiosidad se advierte un cambio en su manera de escribir; Basho convierte sus poemas en cantos espirituales a la naturaleza, opera el milagro de trascender la realidad circundante apoyándose en esa misma realidad como fundamento básico de su obra.
Esto no le hace olvidar muchos de los principios básicos de la escuela Danrin como la sencillez del lenguaje o la posible inclusión en el poema de expresiones extranjeras (sobre todo chinas), aspectos vetados en el waka tradicional. Su estilo de vida se vuelve, cada vez más, hacia el "camino del haiku", influido por su condición de monje.
Basho será durante toda su vida un constante peregrino, de vida ascética y pobreza material. Ganará discípulos que, como él, tendrán un concepto de la poesía como un camino purificador para todos los hombres y, en cierto modo, también de salvación. Bashó escribio la poesía que vivió y vivió la poesía que escribió.
Su poesía se basa en una concepción panteísta del mundo acorde con la espiritualidad budista, y gracias a su vida humilde en constante contacto con la naturaleza y con los pequeños detalles encuentra, en cada poema, el sentido eterno del instante fugaz: "Aprende de los pinos, aprende de los bambúes. Aprender quiere decir unirse a las cosas y sentir su íntima naturaleza. Esto es haikai".
Gracias a su cultura, el poeta de Ueno nos brinda apreciaciones muy acertadas de la tradición artística japonesa anterior a él. Así, dice: "Saigy? en waka, S?gi en renga, Sessh? en pintura, Riky? en la ceremonia del té, lo que corre por ellos es una misma cosa", o también: "El haikai es el coraz?n del ?Many?sh??".
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Pero propone su propio camino creador: "No sigas las huellas de los antiguos, busca lo que ellos buscaron". Para exponer su particular genio poético, que no es más que su propia visión de la vida y el mundo, Basho opta por el haiku en detrimento del waka, más explicativo, con más tendencia a la belleza formal. Su objetivo no es más que cantar lo cotidiano, y encuentra en el haiku un vehículo que, debido a su brevedad, no puede albergar más que la pura intuición poética de aquel que lo compone.
En el año 1686 Basho compuso el haiku más famoso de la literatura japonesa, inspiración constante de innumerables poetas a partir de entonces, que resume perfectamente el espíritu del haiku: "Un viejo estanque; / se zambulle una rana, / ruido de agua". El propio autor definió este verso como el más característico suyo, y dijo de él en su lecho de muerte: "Este es mi poema de despedida, puesto que he construido mi propio estilo con este verso. Desde entonces he hecho miles de versos, todos con esta actitud".
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En su cumbre poética, Basho consigue el milagro de hacer confluir lo eterno (el agua del viejo estanque) con lo instantáneo (el salto de la rana) en el propio ruido del agua, valiéndose del lenguaje más sencillo y conciso del que puede hacer uso. Así, toda la obra de Basho está desprovista de vanidad; es un encuentro constante con la naturalidad y con la humildad del que usa los versos para avanzar en su propio camino de superación espiritual.
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Algunos de sus mejores haiku se insertan en su famosa obra "La estrecha senda de Oku", fruto de un peregrinaje por tierras norteñas que le ocupó seis meses, y que le llevó al templo de Ise, el corazón del shintoísmo japonés. La obra está escrita en prosa poética (haibun, prosa con gusto de haiku).
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El poeta muere en 1694 víctima de la disentería, tal y como él habría deseado: con el calor de sus amigos y después de uno de sus queridos viajes, en esta ocasión al sur de Japón. En su lecho de muerte intuye su último haiku, y lo enuncia ante los discípulos que tras su muerte se encargarán de custodiar su herencia poética y humana: "Habiendo enfermado en el camino / mis sueños merodean / por páramos yermos".
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Los 10 filósofos: Se dice que unos 300 seguidores acompañaron a Basho en su entierro. Este dato es fundamental para comprender la vasta influencia que ejerció la escuela de Basho en su época y la gran cantidad de poetas y discípulos que se formaron en sus principios literarios y espirituales. De entre todos ellos, cabe destacar el grupo de los llamados "10 fil?sofos": Etsujin, Hokushi, Jés?, Kikaku, Kyorai, Kyoroku, Ransetsu, Shiky, Sanp? y Yaha. Casi todos ellos fueron, a su vez, maestros de otros muchos nuevos poetas, manteniendo encendida la llama del venerable Basho durante muchos años tras su muerte.
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Onitsura: La escuela de Basho no era la única que producía haiku a fines del XVII. Destaca también en calidad literaria, aunque con muchos menos seguidores, la escuela de Onitsura (1660-1738), poeta que bebio en su juventud de las mismas fuentes de Basho, con el que comparte significativamente muchos detalles de su vida y de su concepción del haiku.
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Onitsura nació en el seno de una familia noble y terminó haciéndose monje. Vino a inaugurar junto con Bashó la edad de los grandes maestros de haiku, y aunque no alcanza su altura, comparte con él la ternura y la sensibilidad hacia los pequeños detalles. Su consejo para los que se inician en la poesía es primero imitar al maestro y luego componer versos propios. Muy elocuente y sincera es una de sus frases: "Fuera de la verdad no existen haikai", donde expresa a la perfección su propia motivación poética, que a veces convierte en una búsqueda de la verdad hasta en los objetos y criaturas más insignificantes.
Es, en algún sentido, el precursor del más humano de los poetas de haiku: Issa Kobayashi. La producción de Onitsura se interrumpe cuando decide, a sus 73 años, hacerse bonzo y dejar totalmente de componer poemas. Muere 5 años después.
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Las poetisas: No son ajenas a este momento de gloria de las letras japonesas muchas poetisas que surgen por todo el país. Destacaremos varios nombres: Sute, Sono, Sh?shiki, Sh?f?ni y, sobre todo, Chiyo (1701-1775), considerada la mayor poetisa de haiku de Japón y discípula de uno de los 10 filósofos (Shik?), aunque luego cambió de maestro. Los haiku de Chiyo han sido a veces criticados por su excesiva subjetividad, cuestionándose sobre todo si deben o no ser considerados como tales, y a veces también, desgraciadamente, por el mero hecho de que quien los compuso fue una mujer. Pasó por algunos trances desgraciados a lo largo de su vida; véanse algunos haiku compuestos a raíz de la muerte de su hijo pequeño. Termin? haci?ndose monja.
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Buson: Durante algunos a?os del siglo XVIII, tras un cierto decaimiento de la influencia de Basho, el haiku entra en un estado de popularizacion parecido al que existía antes de la aparición del maestro. Algunas corrientes como la Kech?tai y la Senryu contribuyen a devaluar el arte del haikai, convirtiéndolo, de nuevo, en un estilo poético artificioso y trivial. La aparición en escena de Yosa Buson (1716-1783) viene a remediar esta situación, elevando de nuevo el haiku a las más altas cumbres poéticas.
Poco se sabe de la vida de Buson. Influenciado por una tendencia general en el país de retorno al interés por la poesía china, estudia en su juventud a los clásicos chinos, sobre todo los de la dinastía Tang. Por otro lado, también recibe una formación específica japonesa, de amor a la tierra y a la patria. Con un menor grado de religiosidad que la obra de Basho, los poemas de Buson se caracterizar por un sentido más agudo de observación de la naturaleza.
No en vano fue pintor además de poeta, y como muchos otros maestros de haiku, acompañaba algunas de sus obras de una haiga o pequeña pintura a la aguada que ilustraba (y en muchas ocasiones completaba) el sentido del poema. Inclusive, en ciertos haiku encontramos que algunos dibujos han sustituido a determinadas palabras, con lo que la obra se convierte en una especie de jeroglífico que se conjuga globalmente a partir de los dibujos, la caligrafía (también de importancia capital) y el propio poema, a modo de "arte global".
Buson propone un estilo que es observación pura, sin intermediarios, de la propia naturaleza; es el llamado estilo descriptivo. La importancia del color en sus poemas es un tema que ha merecido estudios específicos por parte de muchos expertos, que siempre lo han considerado un poeta sensible y humano, con una cierta calidad de romántico en apreciación de Keene. Shiki lo consideró el más grande, por encima de Basho?. Como última y vital característica de su poesía, diremos que Buson explora la imaginación y se inspira en ella para componer algunos de sus haiku m?s importantes.
Su escuela seguirá produciendo haiku durante algunos años tras su muerte. Discípulos de Buson: Mencionaremos aquí a autores destacados como Kit?, Gy?dai, Gekkyo y, muy especialmente, Taigi (1709-1771), figura de transición entre el haiku artístico de Buson y el haiku humanista de Issa. Taigi construye su estilo afable y humano más a partir del propio hombre que a partir de la naturaleza. Perteneció a la escuela Edo de haikai y no gozó de mucha fama en su época; es de nuevo Shiki a finales del siglo XIX quien lo restablece como uno de los más importantes autores de haiku.
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Issa: En el último tercio de siglo comienza su producción poética Issa Kobayashi (1762-1826), "el más japonés de los poetas de haiku, quizá de todos los poetas", en palabras de Blyth. Issa no tuvo maestros ni discípulos; en este sentido, se aparta de la tradición japonesa.
Fue un hombre extraordinariamente solitario y llevó una existencia muy desgraciada hasta su muerte. El rasgo sobresaliente de su labor poética es su profundo amor por el mundo y por todas las criaturas que lo habitan, hasta las más insignificantes. Compuso alrededor de 1000 haiku dedicados a caracoles, moscas, ranas, bichos de luz, pulgas, cigarras e insectos varios. Acostumbraba, como Buson, a incluir pequeños dibujos en sus poemas.
Siendo todavía un niño, Issa quedó huérfano de madre y fue educado por una madrastra que lo maltrató. Se trasladó después a Edo, donde vivió unos 20 años, y cuando empezaba a tener algún éxito perdió también a su padre.
Tras muchos años de pleitos con su madrastra por la parte de herencia paterna que le pertenecía, la justicia le dio la razón y pudo trasladarse a su pueblo natal, donde contrajo matrimonio a la edad de 50 años. Las desgracias, entonces, se le multiplicaron: vio morir en los 10 años siguientes a su esposa y a sus cinco hijos. Algún tiempo después, en su tercer matrimonio, un incendio en su casa le obligó a pasar los 5 últimos meses de su vida en un almacén sin ventanas con piso de tierra. Issa lo explica así: "Las pulgas se han salvado del incendio y han venido a refugiarse aquí. conmigo". Murió finalmente en mitad del invierno; bajo la almohada se encontró su último haiku: "Gracias sean dadas a lo alto; / la nieve sobre mi manta / también viene de la Tierra Pura".
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Issa no creó escuela. Por este motivo, su estilo es muy personal y no se puede comparar a ningún otro poeta, anterior o posterior. Plasmó su visión franciscana del mundo y de sus criaturas en una obra poética que rezuma ternura y humanismo; Issa era consciente de su propia insignificancia como podemos constatar en algunos de sus haiku más conmovedores. Su estilo directo transmite la naturalidad propia del poeta que desnuda su espíritu en cada uno de sus poemas y que se reconoce en la propia naturaleza que retrata.
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Contemporáneos de Issa: Muy pocos poetas de haiku coetáneos de Issa, gran dominador de su época, son dignos de destacarse. Citaremos a Ryokan, Gink?, Shir?, Seibi, Baishitsu o la poetisa Taio, pero en el arte del verso corto quizá estén a mucha distancia de aquel. A diferencia de otras disciplinas artísticas -la pintura vive una época de esplendor-, el haiku entra en un periodo de franca decadencia que se acentúa desde 1826 con la muerte de Issa; esta particular edad oscura se alargará hasta la llegada del cuarto "grande" junto con Basho, Buson e Issa: hablamos de Shiki Masaoka, el último pilar fundamental hasta nuestros días de la historia del haiku japonés.

El haiku en Occidente

La restauración Meiji de 1868 no sólo supuso la apertura de Japón a las influencias occidentales; también constituyó un punto de partida en el interés de los propios países europeos por la cultura japonesa, pues el flujo de información hasta entonces había sido mínimo. En lo que al haiku se refiere, Henderson lo explica así: "La forma del haiku es singularmente japonesa, pero creo con la mayor firmeza que tiene características que trascienden las barreras del lenguaje y la nacionalidad, y que la hacen apta para ocupar un lugar especial entre las formas de poesía occidental".
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Haiku en inglés: Las primeras influencias las encontramos en el poeta inglés B. H. Chamberlain; pero debemos al grupo de los imaginistas, creado alrededor de 1910 por varios poetas ingleses y americanos, el primer intento serio de asimilar en occidente la filosofía del haiku.
Este grupo, en su afán de romper con la poesía inglesa de entonces, orientó su búsqueda hacia una simplificación de la expresión. Anhelaban, en definitiva, una poesía más objetiva, sin grandes elaboraciones intelectuales. El camino llevaba directamente a la poesía japonesa clásica y, en especial, al propio haiku.
Del grupo imaginista destacan los nombres de Ezra Pound, americano y cofundador del grupo, y Amy Lovell, poetisa también americana que se unió algo más tarde. También pertenecieron nombres ilustres como D. H. Lawrence o el irlandés James Joyce. En todos ellos encontramos poesías próximas en la forma (y algo menos en la tem?tica) al haiku clásico japonés, aunque nunca llegaron realmente a escribir haiku.
Desde el impulso de los imaginistas, incontables poetas han escrito haiku en lengua inglesa. En Inglaterra, muy tardíamente, lo han cultivado con acierto Fred Schofield, Colin Blundell o David Cobb (pertenecientes todos ellos a la British Haiku Society, fundada en 1990), si bien la adopción del género fue, a partir de 1950, especialmente entusiasta en Estados Unidos (también algo más tarde en Canadá), con estudios teóricos de referencia obligada como los de Henderson y Blyth, en un proceso que culminaría en 1968 cuando un grupo de veinte literatos funda la Haiku Society of America (en 1977 se funda Haiku Canada).
Desde entonces hasta hoy se han multiplicado en norteamérica las asociaciones, revistas y publicaciones electrónicas que versan exclusivamente sobre el haiku. A lo largo del siglo XX han destacado, entre otros, norteamericanos como James Hackett, Jack Kerouac, Elisabeth Lamb, el propio Henderson o el japon?s-americano Kenneth Yasuda (Sh?son).
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Haiku en francés: Desde muy temprano, los poetas franceses abordan la nueva forma poética con interés. Es curioso el hecho de que el vocablo haikai haya prevalecido en el gusto francés hasta hace muy poco por encima del más moderno haiku. Ya en 1905 encontramos una pequeña colección de haikai a cargo del poeta P. L. Couchoud. Son también reseñables las contribuciones de Julien Vocance desde la primera guerra mundial y, a lo largo del siglo, de escritores como Robert Davezies, Serge Brindeau o Jacques Ferlay. En la actualidad se escribe haiku prolíficamente en Francia, Quebec y, en general, toda la comunidad francófona.
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Haiku en portugués: En Portugal encontramos la figura de Camilo Pessanha, que introduce la forma a principios de siglo desde su fascinación por la cultura oriental. Sin embargo es en Brasil donde el haiku se cultiva con más interés, a partir de los pioneros Afronio Peixoto y Guilherme de Almeida. Este último propone una novedosa forma para el haiku en la que deben rimar las sílabas finales del primer verso y del tercero, así como la segunda y la última sílaba del segundo verso.
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Haiku en español: Llegados a este punto, nos remitiremos directamente a un país: México, cuna de la mayor parte de los grandes autores de haiku en español, y a un autor: José Juan Tablada, cuya grandeza como poeta encuentra en sus queridos "poemas sintéticos" (como él mismo los llamó) un personalísimo vehículo de expresión.
Por lo demás, aunque los autores iberoamericanos se incorporan algo más tardíamente que sus homólogos ingleses o franceses al estudio y composición del haiku, a lo largo del siglo XX se producirán en nuestra lengua aportaciones poéticas muy valiosas dentro del género. José Juan Tablada (1871-1945): Sin duda el mejor autor de haiku en lengua española hasta nuestros días, Tablada tiene el mérito añadido de haber sido el primero en introducirlo en el contexto de la poesía hispánica.
El poeta nace en la ciudad de México, y en sus inicios modernistas colabora con la "Revista Moderna". En 1900 viaja a Japón y toma contacto con el naturalismo y la brevedad de la poesía japonesa, cuyos rasgos, sin embargo, no se hacen notar en su poesía hasta mediados de la siguiente década. Tablada abandona México en 1914 por razones de índole político, y se traslada a la ciudad de Nueva York; muy conocido es su tierno e irónico pareado "Mujeres que pasáis por la Quinta Avenida, / tan cerca de mis ojos, tan lejos de mi vida...", que encierra gran parte de su concepción poética y humana.
En el campo del haiku su caso es, salvando las distancias, parecido al de Basho, pues marca una pauta como pionero a la que pocos poetas mexicanos posteriores escapan. Tablada introduce ciertas modificaciones en el haiku tradicional que son adoptadas con naturalidad por la mayor parte de autores iberoamericanos, cuales son la introducción de títulos (escasísimos en la tradición nipona) y el uso de la rima (casi impracticable en japonés por las propias características de la lengua), donde, según González de Mendoza, "los poetas mexicanos encuentran la ilimitada riqueza de los asonantes". Citaremos, para terminar, dos colecciones de poemas de Tablada que recogen la mayor parte de los haiku que escribió "Un día..." (1919) y "Jarro de flores" (1922).
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Otros autores mexicanos: Tras Tablada aparecen algunos poetas muy significativos como Rafael Lozano -quizá el menos influido por aquel-, José Ruben Romero, Francisco Monterde, José María González de Mendoza -español nacido en Sevilla pero emigrado a México muy pronto-, José Frías o Elías Nandino. En estos autores, especialmente en el caso de Romero, advertimos la sustitución de los paisajes gratos y vivos del haiku japonés por la rudeza y el colorido intenso de la propia tierra mexicana, amén de la introducción de temas completamente ajenos a la tradición japonesa como el cristianismo o la tauromaquia; con todo ello, podemos decir que el género cobra autenticidad mexicana.
Mención aparte merece la figura de Octavio Paz, gran teorizador hispánico del haiku y autor él mismo de algunas valiosas muestras. Paz ha sido pionero en la traducción de haiku clásicos a nuestro idioma y ha contribuido apreciablemente a divulgar el género en el ámbito iberoamericano.
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Otras aportaciones desde el español: La influencia del haiku ha ido creciendo conforme avanzaba el siglo XX. En España deja su primer rastro en autores como Juan Ramón Jiménez o, muy especialmente, Antonio Machado, y es asimilado por los grandes poetas del 27: Federico García Lorca, Rafael Alberti o Luis Cernuda, si bien algunos de ellos nunca llegaron a componer haiku propiamente dichos. Debemos al matrimonio formado por Juan José Domenchina y Ernestina de Champourcin otras valiosas muestras del género.
Cabe destacar, en Argentina, las primeras aproximaciones de Alvaro Yunque y Jorge Luis Borges y, más tardíamente, de muchos otros poetas como Carlos Spinedi, María Santamarina, Eduardo González Lanuza o Pilar Alberdi, así como las obras de otros escritores latinoamericanos como el ecuatoriano Jorge Carrera Andrade o el uruguayo Mario Benedetti. Terminaremos mencionando a estudiosos como la puertorrique? a Gloria Ceide-Echevarr?a, los espa?oles Fernando Rodr?guez-Izquierdo y Antonio Cabezas o los argentinos Samuel Wolpin y Osvaldo Svanascini, los cuales, adem?s del ya mencionado Octavio Paz, a veces con estudios teóricos, a veces con traducciones literarias originales del japonés, han llenado un largo vacío en nuestra lengua y nos han acercado en los últimos tiempos no sólo al género poético que nos ocupa sino a la literatura japonesa en su conjunto, a su fascinante historia y, sobre todo, a la extraordinaria sensibilidad de sus autores.

¿QUÉ SIGNIFICA LA PALABRA "HAIKU"?

Que sucedería si intentáramos aproximarnos a la esencia de lo que es un haiku, preguntándonos ¿qué significa la palabra haiku? ¿Aclararía de algún modo aquello que lo diferencia de otros géneros poéticos y le da su particular sello distintivo? Para responder a estas preguntas es necesario una primera precisión.
El significado de la palabra no se resuelve sólo etimológicamente, pues hay distintos modos de interpretarla de acuerdo al período histórico y aún a la concepción estética de los poetas de haiku.
Alrededor del siglo X en Japón el término haikai se refería a un ejercicio poético que buscaba la comicidad y en última instancia la diversión. Así la palabra "hai" podríamos traducirla como "algo divertido, cómico". Es necesario precisar que la palabra haikai era de origen chino y que tenía como equivalente en el idioma japonés la palabra "kokkei" que significa, humor, ingenio, comicidad etc. A su vez el haikai era una forma poética popular por contraste con formas de arte más refinadas que eran las que se practicaban en la corte imperial.
Con el paso del tiempo el haikai se asoció a un estilo de composición poética tradicional llamado Renga. Ren significa "ligar, secuencia" y Ga significa poema. El Renga era compuesto en grupo por varios poetas. Surge así una variedad del Renga, el llamado: Haikai-no-Renga, que eran haikai ligados entre sí, y que contrastaba -como hemos visto- con un estilo de renga más preciosista y elitista. Su mecanismo de composición era el siguiente: El primer poeta componía el primer poema utilizando el esquema silábico 5-7-5, el segundo le respondía con un nuevo poema utilizando el esquema silábico 7-7 y el tercero repetía el esquema silábico inicial y así. Teníamos así cientos de poemas ligados de acuerdo al esquema poema-respuesta-poema-respuesta y que silábicamente era así 5-7-5, 7-7; 5-7-5, 7-7; etc.
Este tipo de composición era de algún modo una forma de rebeldía contra el refinamiento del arte de la Corte y como dice O.Paz utilizaba el "habla de la calle", "el lenguaje de la burgesía urbana" por oposición a las del "campesino, clérigo y el aristócrata".(5) Son considerados sus creadores (del haikai-no-renga) los poetas Yamazaki Sokan (1460-1540) y Arakida Moritake (1473-1549). Posteriormente el poeta Matsunaga Teitoku (1571-1653), refinó a su vez este tipo de haikai, para despojarlo de todo tipo de vulgaridad, manteniendo su comicidad e ingenio. Comenzó a popularizarse en forma generalizada poco después de comenzado el período Edo en la historia del Japón (1603-1868).
Ahora bien, el primer poema que iniciaba la sucesión del haikai-no- renga se le llamaba "hokku" que significa poema inicial y que requería el uso del kigo (palabra que lo sitúa en una estación determinada el año). El que le seguía se llamaba "tsukeku" que significa respuesta.
Matsuo Basho fue un poeta muy afamado en el arte del haikai. Ahora bien, tomó el primer poema - el "hokku" - y lo independizó de la creación grupal y por ende del renga, llevándolo a una nueva dimensión estética y expresiva (muchos eruditos consideran que lo dotó de espiritualidad). Hoy en día cuando nos referimos a los poemas de Basho los llamamos haiku. Pero hay que tener en cuenta que Basho los llamaba "hokku" o "ku" "haikai" pero - insisto en ello- en una nueva dimensión ya sea estética, expresiva o espiritual. En cuanto a la palabra "ku" en su significado estricto, podría ser traducida como "estrofa o frase (poética)". Después de Basho la palabra "ku" también comenzó a designar una estrofa poética con el esquema silábico 5-7-5.
Por lo tanto si nos guiamos por la etimología y su primera modalidad (comicidad, diversión, ingenio humorístico) estrictamente hablando, su significado y traducción literal sería la siguiente: "versos para entretener, divertirse, cómicos, humorísticos, etc.". Su equivalente en inglés sería: "play verse"
Desde el punto de vista histórico, es necesario destacar, que haiku era una abreviación del término haikai-no-ku y se utilizaba para designar cualquiera de las estrofas poéticas en la sucesión de poemas en el haikai-no-renga. Su aparición como palabra se remonta a un documento sobre haikai publicado en 1663. (1)
En cuanto a un sentido más abarcativo, como lo es el contemporáneo, incluye un mayor y más amplio contexto. Significa en primer lugar, un género y forma poética derivado del poema inicial del haikai-no- renga (hokku), que en manos de los grandes maestros ha alcanzado el nivel de un arte depurado en su carácter estético-expresivo y en su alcance (por ejemplo la espiritualidad en Basho, el sobrio naturalismo en Buson, el ingenio y la mirada aguda en Issa, etc...) Fue Masaoka Shiki, quien utilizó el término haiku en forma sistemática designando así a sus poemas para diferenciarlos e independizarlos definitivamente del "hokku" característico del haikai-no-renga, generalizándose a partir de él esa nominación, asentándose como un género por derecho propio.

HAIKU, TANKA, SENRYU y POETRIX

En Occidente existen grandes imprecisiones e inexactitudes acerca de Oriente y su cultura, ocurre en menor grado el caso contrario debido a la invasión de nuestras formas e iconos en sus sociedades hasta el punto de que algunas cosas relacionadas con la televisión, publicidad, modas o celebridades occidentales se copien en Asia hasta el límite de lo absurdo.
Uno de estos tópicos erróneos afecta al tema de los Haikus, Senryus y Tankas entre muchos otros.
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El Haiku como tal, esos tres versos de silabización 5-7-5 sin rima ni título, procede en realidad de otra forma más primitiva y aún viva de la literatura tradicional japonesa: el Tanka. El tanka es un poema escrito en dos estrofas seguidas sin interrupción con silabización 5-7-5-7-7 (treinta y un sílabas japonesas).
La primera está compuesta con los tres primeros versos y es el auténtico origen del haiku, con sus diecisiete onjis (sílabas japonesas) respetados y separados de las dos últimas líneas recibiendo originariamente el nombre de "hokku".
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El Haiku es una de las formas más bellas de la literatura japonesa. Se trata de un poema corto de diecisiete sílabas, distribuidas en tres versos. Alcanzó su forma actual a finales del siglo XV y debe su nombre al poeta Shiki (1867-1902). Su relato es descriptivo. Como flash que ilumina un instante, casi siempre un paisaje. El protagonismo se dirige hacia la naturaleza, contemplada en las diferentes estaciones del año. Estos pensamientos se encadenan con percepciones de muy diversa índole: nostalgia, humor e incluso religiosos, procedentes estos de la sabiduría del zen.
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El haiku, composición breve japonesa capta el instante, es el reflejo de la emoción que invade al poeta en ese momento, normalmente provocada por su percepción de la naturaleza, el sentimiento que su belleza inigualable le inspira, dependiendo también de la estación en que es contemplada o imaginada; en él cada palabra está plena de significación.
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Una de las creaciones más originales de la poesía japonesa que encierra una percepción intuitiva e instantánea que trata de comunicar al lector la intución originaria del que lo ha creado, para hacerle partícipe de esa iluminación de la totalidad que ha embargado al poeta.
La sencillez del arte Zen permite ahondar más profundamente en la esencia de las cosas, tantas veces fugaces y pasajeras, pero impregnadas tambien del perfume de lo eterno. El arte, la música, la pintura, la literatura, cobra de esta manera el carácter de un mensaje dirigido a la sensibilidad del que busca encontrar lo permanente dentro de lo aparente o transitorio. Esa permanencia nunca reside en la fugacidad, ni es la fugacidad misma, sino algo invisible e inasible que la crea y la hace posible.
La percepción de esa Realidad no es posible más que con la intuición, la razón se resiste a aceptar una paradoja que postula la manifestación de una realidad impalpable.
Por eso, el haiku, texto brevísimo, y por ello de un gran potencial expresivo, constituye una invitación a evocar la realidad de la nada, de lo incondicionado, de lo indeterminado, de la creatividad más allá de la forma, el potencial del sentido todavía a la espera de manifestarse.
El haiku ha inspirado a muchos poetas occidentales y está en la base de la poesía pura, de un lenguaje liberado de la hojarasca del adorno y de la musicalidad encantada. Pero cuando el haiku se convierte en un género minimalista, que sigue unas convenciones más o menos libres, pierde ese potencial metafísico y se convierte en un mero juego de ingenio:
"Ensimismado, miras al fondo
estás asistiendo
al vacío originario"

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El poeta del haiku tiende a cristalizar un instante o momento de la naturaleza o de la vida en toda su plenitud, reflejando en unas pocas palabras (17 sílabas) y con un estilo sobre todo nominal, una sensación (pura sensación desprovista de toda lógica) “desmaterializada y trascendida”, esto es, elevada al rango de símbolo. Ese instante es el llamado “momento del haiku”. En él, en un estado especial de conocimiento, el poeta elige las palabras que forman el “esbozo” de una imagen, que el lector, con su sensibilidad y poder captativo, debe completar. Y ello, por una parte, en ausencia del pensamiento y de la emoción, para lograr la mayor objetividad posible; y por otra, con la frescura que la inmediatez de la sensación en íntimo contacto con la naturaleza, exige.
El haiku clásico, como sensación desnuda, marca el camino del retorno a la naturaleza propia del hombre. Se refiere, por tanto a la vida, al significado primigenio de las cosas, fuera de elucubraciones mentales o sentimentales. El poeta deja ver lo universal a través del “desasimiento personal, expresado en lo particular” . Y este particular se fija a lo temporal por las “estaciones”.
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Por todo esto, para la práctica del haiku, se debe:
1. Ser parco en el empleo de los adjetivos y emplear –en lo posible- verbos con infinitivos, participios gerundios.
2. Procurar que tengan un tinte o sabor de naturaleza.
3. Aunque la métrica usual es 5-7-5, no descartar, de necesidad, las variaciones de 18 ó 19 sílabas.
4. Saber que la entonación no tiene mayor relevancia y que no está mal acompañar al haiku con algún dibujo ilustrativo.
5. Procurar que la abstracción no vele u oculte el elemento natural.
6. Saber que el título sobra en la práctica, pues el haiku debe poderse comprender sin su auxilio. 7. Emplear un lenguaje sencillo, popular, predominantemente.
8. Tener en cuenta que la rima no tiene por qué evitarse, especialmente si sirve de refuerzo.
9. Evitar el artificio, el recargo y la pluralidad de ideas.
10. Pensar que es el esbozo de lo que ocurre en un lugar en un momento temporal determinado.
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¿Qué es un Haiku? Formalmente, es un poema breve, casi siempre de diecisiete sílabas distribuidas en tres versos, de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente. Pero no es esto lo único que caracteriza al haiku pues el mismo Basho, se saltó esas reglas algunas veces. (Él podía darse ese lujo) Por tanto su métrica, sólo son reglas de un acuerdo, pero ellas por sí solas, no definen a un verdadero Haiku. Para Basho el haiku era un camino al Zen. Buson lo consideraba un arte más cuyo fin era la belleza. Para Issa la expresión de su amor por las personas, los animales, las cosas. En la mayoría de los poemas se hace alguna referencia a alguna de las estaciones del año. Si bien existen numerosos poemas, de Basho y otros, donde no se realiza ninguna referencia a esto. La primavera se identifica con la floración de ciruelos, cerezos, sauces, el canto de las aves, las siete flores de la primavera, etc. El verano traía consigo el canto de los insectos, las lluvias, las tormentas, la siembra. Propios del otoño eran los patos, las garzas, las largas noches o la cosecha del arroz. Finalmente el invierno venía acompañado de la nieve, la niebla, el viento y los campos vacíos.
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Resumiendo, a pesar de su brevedad, el haiku está relacionado con tantos aspectos literarios como extraliterarios, y es difícil acotarlo como una mera forma métrica. Es por ello que la sintética definición que dio Basho es probablemente la más precisa que podemos dar. "Haiku es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento." Y solo agregaría: y nuestra alma ha conectado con él.
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Hablando del haiku, ahora que sabemos cuál es su origen y a qué debe su inicial estructura, tampoco estaría de más apuntar otro tópico equivocado sobre su conceptualización. A menudo se confunden el haiku y el senryu en Occidente, siendo el segundo término casi desconocido por el grueso de aficionados ocasionales a la literatura japonesa e incluso a su práctica escrita (utilizando cada uno su idioma nativo). Lo que define a uno o a otro es la temática.
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El término "tanka", significa en su versión más antigua, práctica y literal algo tan conciso como "poema corto". El tanka es un poema escrito en dos estrofas seguidas sin interrupción con silabización 5-7-5-7-7 (treinta y un sílabas japonesas).
Las primera está compuesta con los tres primeros versos y es el auténtico origen del haiku, con sus diecisiete onjis (sílabas japonesas) respetados y separados de las dos últimas líneas recibiendo originariamente el nombre de "hokku". Esta forma poética tradicional lleva utilizándose en Japón desde hace más de 1300 años y goza aún de relativa buena salud dentro del archipiélago, siendo popular la festividad que con motivo del Año Nuevo hace al emperador convocar una suerte de concurso de tankas que el pueblo deberá seguir, inspirándose en los temas sugeridos por la familia real nipona. Este ritual antiquísimo que se inaugura con los tankas escritos por los cortesanos de la familia propició la letra del famoso himno japonés, el "kimiga-yo". El tanka que lo completa fue escrito por un desconocido participante en el año 905 y musicalizado por Hiromori Hayashi en 1880.
El término "tanka", con el significado de "brevedad" o "sencillez de formas", concepto muy importante en la cultura japonesa y visible en su arte y gastronomía, significa en su versión más antigua, práctica y literal algo tan conciso como "poema corto".
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Por si la desconoces, te diré que la métrica de la “tanka” es una derivada del haikú y se compone de cinco versos con el siguiente metro:
5 7 5 7 7
Si además quieres hacerla rimada, las posibles variantes son:
A B C C B ó A B C B C
Estos dos tipos de rima son los más utilizados y melódicos pero también puedes utilizar los siguientes:
A B A A B ó A B A B A
Si las haces de este modo verás que el resultado es más satisfactorio.
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El senryu presenta las mismas características técnicas de escritura que el haiku (5-7-5) pero mientras que éste debe estar encaminado por lo general hacia temas relacionados con la Naturaleza o los elementos, incluyendo algún kigo (palabra, concepto) que la evoque en cualquiera de sus infinitas formas físicas, el senryu por lo contrario no trata sobre estos temas y se centra más en la existencia humana y sus, en muchas ocasiones tratadas con humor agrio, miserias y decadencias.
El senryu se ha utilizado profusamente en Japón en épocas pasadas para satirizar inteligentemente o criticar determinadas posiciones políticas, sociales, etc. Muchos haikus que leemos por ahí son en realidad senryus, sobre todo los que tratan sobre uno mismo respecto a la sociedad o a otra persona.
Si eres haijin (hacedor de haikus) ten en cuenta todo esto en el futuro.
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¿QUÉ ES POETRIX?
(Traducción: Carol Kim, Nueva York, USA)
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POETRIX es un terceto contemporáneo de temática libre, con título, ritmo y un máximo de treinta sílabas, poseer figuras de lenguaje, de pensamiento, tropos o sentido satírico. La palabra POETRIX (POE de poesía y TRIX de tres) emerge por la primera vez en idioma portugués, en MANIFESTO POETRIX, publicado en el libro de TRIX – Poemetos Tropi-kais, de Goulart Gomes, cual fue premiado con una mención especial en el Prêmio Jorge de Lima, otorgado por la Academia Carioca de Letras e União Brasileira de Escritores do Río de Janeiro, en 2000.
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El POETRIX es, ciertamente, el primer lenguaje poético en merecer una definición discutida y elaborada por sus propios practicantes – los Poetrixtas – en el mundo virtual de Internet. El POETRIX fue propuesto, inicialmente, como una evidente alternativa al hai-kai (alias Haiku), manteniendo su forma (en tercetos) pero subvirtiendo su contenido, al admitir titulo, rimas, figuras de lenguaje y una mayor numero de sílabas.
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En el Manifesto Poetrix, sus principales características fueron identificadas que luego resultaron en actual definiciones del nuevo vernáculo:· Posee apenas una estrofa de tres versos, sin limite de sílabas (luego el limite fue establecido por 30 sílabas)· El titulo es deseable pero no es exigido, pudiendo complementar el texto. (Actualmente, el titulo es una exigencia).
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No existe el rigor en cuanto a la métrica o rimas (aunque el ritmo es deseable);· Las metáforas y otras figuras de lenguaje, así como neologismo, son una constancia en POETRIX. Generalmente hay una interacción autor/lector provocado por los mensajes sublimares. Es minimalista, o sea, procura transmitir el mensaje más completo en menor números de palabras;· Pasado, presente y futuro pueden ser utilizados sin distinción.
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En concreto, se puede entender en qué consiste en base a las siguientes caracteristicas prin cipales:
* Estrofa de 3 versos, limitado cada uno a un máximo de 30 sílabas.
* Actualmente es exigible título del Poetrix.
* No existe rigor respecto a la métrica o rimas; aunque el ritmo es deseable.
* Tanto las metáforas y otras figuras del lenguaje, así como neologismos (palabras de creación reciente o tomadas de otra lengua, o acepción nueva dada a una palabra o a una expresión existente), son una constante en el Poetrix.
* Es minimalista, es decir, procura transmitir el mensaje más completo en el menor numero de palabras..
* Pasado, presente y futuro pueden ser utilizados sin distinción.
* Tanto el autor, como los personajes y el hecho observado pueden integrarse para crear condiciones surrealista, cómicas o ilógicas (disparates).
* Generalmente hay una interacción autor/lector provocado por los mensajes subliminales.
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El autor, los personajes y el facto observado puede integrar, así mismo creando las condiciones surrealistas, cómicas o ilógicas (disparates). Ciertamente, lo que más llama la atención es el avance que el POETRIX vino obteniendo. En poco mas de un año, el concepto fue implementado en una coordinación internacional del movimiento, con representantes en México, Colombia, Venezuela, Portugal y USA, junto con varias regiones en Brasil. La lista virtual de intercambio donde se discute el rumbo del movimiento, intercambio de informaciones y eligiendo los mejores poetrix del mes, dentro de los enviados, cuentan con mas de 150 participantes de varios países. Una Homepage del Movimiento Internacional do Poetrix (http://www.poetrix.org) ya dispone de los trabajos de aproximadamente 100 poetrixtas, junto con las informaciones principales sobre POETRIX.

COMENTARIO DE TEXTO LITERARIO.-"EN LA PLAZA" (Vicente Aleixandre)

“En la plaza” (Vicente Aleixandre)

Acta Literaria Nº 28 (7-18), 2003 ISSN 0716-0909

Un ejemplo de modulación moral en Aleixandre: "En la plaza"
JOSÉ LUIS CAMPAL FERNÁNDEZ
Real Instituto de Estudios Asturianos


VICENTE ALEIXANDRE (1898-1984) fue uno de los más genuinos representantes del llamado "Grupo del 27", el que dio en consensuarse como una segunda edad dorada de las letras españolas, y recibió, para mejor afianzar la coincidencia crítica, el Premio Nobel de Literatura en 1977, cuando sus aportaciones poéticas podían considerarse como totalmente cumplimentadas. Aleixandre permaneció en España al terminar la guerra civil, por lo que la ausencia de la experiencia del exilio va a facilitar que desarrolle sin interrupciones una obra que se muestra en evolución y cohesionada en sus fundamentos éticos y estéticos, una trayectoria beneficiada por la continuidad pero no estancada en la repetición de unos modelos determinados. La visión del mundo que aprehende Aleixandre en sus poemas hace factible una división de sus contribuciones en varias etapas, que pueden ser perfectamente tres, aunque haya estudiosos que opten por reducirlas sólo a dos.


"En la plaza" es un poema inscribible en su segunda etapa, que se inicia en 1954 con Historia del corazón, un libro en el que se rinde tributo al amor humano desjerarquizado, y que marca una separación respecto al período anterior porque la lengua poética desciende a territorios más humanizadores y la expresión se hace más próxima y actual, más directa y accesible. Aleixandre, que siempre defendió la función de la poesía como conocimiento, parece trazar en esta etapa un anhelo de "reconocerse" no sólo en el mundo sino en quienes lo pueblan, como si quisiera transmitirnos que únicamente desde la afirmación de uno dentro de la colectividad es posible el conocimiento personal del individuo. El hombre no ha dejado de ser un ser frágil abatido por las circunstancias y desgraciado, pero ya ha aparecido el coraje que conlleva la esperanza de vivir en colectividad. El yo poético se transmuta en un yo compartido y compartidor que hace suyos los anhelos e ilusiones de todos los miembros de la comunidad. La que está contenida en Historia del corazón es una poesía social de atención cívica, una poesía de contención moral, que aspira a que el esfuerzo de todos sirva para configurar un mundo menos caótico y algo más justo o mejorable. Ello convierte a esta segunda etapa en un referente de humanismo y de idealismo, como han visto la mayoría de los editores literarios del autor sevillano, como A. Duque Amusco.

Historia del corazón -título con el que Luis Cernuda no comulgaba, por sus connotaciones rosáceas, pese a considerar espléndida a esta obra de Aleixandre_ fue escrito entre el 14 de mayo de 1945, al poco de publicarse Sombra del paraíso, y el 24 de agosto de 1953, si bien el mayor número de composiciones, entre las que se halla "En la plaza", se redactaron entre el otoño de 1951 y el invierno de 1952. El libro lo editó Espasa-Calpe en 1954 y está dedicado a Dámaso Alonso: "Amigo de todas las horas, seguro en toda la vicisitud, desde la remota adolescencia", y lo hace el poeta "cumplido y rebasado un tercio de siglo de fraternal amistad". Se compone de seis partes, la última en realidad es sólo un poema _"Mirada final (Muerte y reconocimiento)"_, cuyo antecedente podría rastrearse en Sombra del paraíso, aunque ambos títulos contengan planteamientos y objetivos en modo alguno parangonables. Historia del corazón es un poemario de orientación realista que hinca los pies en el mundo contemporáneo, si bien rehuyendo las contextualizaciones efímeras y empobrecedoras de los hechos y personas puntuales, y por lo tanto caducas, pero también sin renunciar del todo a las obsesiones estilísticas del poeta sevillano. El eminente filólogo Fernando Lázaro Carreter dijo en una conferencia sobre Aleixandre que en este poemario "sus ojos [los del poeta] se vuelven hacia el hombre circunstancial, pero [para] indagar verdades humanas más duraderas, más permanentes".

Historia del corazón es un libro que Bousoño entronca en su estudio clásico sobre Aleixandre con un tipo de poesía donde se conjugan lo afectivo y el mundo de lo sensorial. El poeta habla en los 48 poemas del libro del difícil pero entusiasmante y esperanzador proyecto humano de vivir, un vivir provisional, un vivir esperanzante que está alentado por la cada vez mayor reducción de la soledad, para lo que encuentra cobijo en un amor multiforme y básicamente sinónimo de acompañamiento; el amor de Historia del corazón es predominantemente erótico, aunque no creo que sea ése el caso del poema "En la plaza", a no ser que se entienda el símbolo del agua en su dimensión sexual. A propósito de la trascendencia del amor, afirma Leopoldo de Luis que en Historia del corazón "la existencia tórnase una gran tarde toda del amor".

La trascendencia otorgada a la vida invita al poeta a recrear pasajes de su propia vida en conexión con la de quienes le rodean, de forma que esa historia del corazón a que alude el título no será solamente la suya, sino la suma de la de todos; rotular su entrega con el término Historia hablaría de su interés por la coetaneidad. En un poema de Historia del corazón titulado "El poeta canta por todos", escribe:

Son miles de corazones que hacen un único corazón que te lleva.

El tema de la vida no se desliga en el poemario del tema del tiempo, dado que lo restrictivo por fuerza biológica del período vital impone un sentimiento de fugacidad. Además, el poeta quiere, desde la madurez, apresar la vida palpitante en todos sus estadios, por lo cual nos topamos con poemas donde las figuras centrales de los mismos son niños, adolescentes, adultos o viejos, es decir, todos los escalones de la vida. La evanescencia del vivir terreno, su limitada duración, provoca en el poeta una admiración no exenta de desazón. En Historia del corazón, y más concretamente en la parte a la que pertenece el poema "En la plaza", se entiende la vida como esfuerzo y lucha porque la vida para el poeta no es en su totalidad terriblemente negra ni esplendentemente diáfana, sino impredecible, voluble, cambiante y contradictoria; una vida cuya concreción temporal no le desanima ni detiene a la hora de exprimirle sus jugos; un vivir que es comparado en el poema "Entre dos oscuridades, un relámpago" con cruzar un desierto:

Echaremos de nuevo a andar. No sé si solos, no sé si acompañados. No sé si por estas mismas arenas que en una noche hacia atrás de nuevo recorreremos.

El hombre está en la sombra, pero no quiere sumirse permanentemente en ella, sino que manifiesta su deseo de ocupar un lugar bajo la luz. Las visiones imaginísticas de la etapa panteísta, ubicadas en el recuerdo del pasado, han sido ahora reemplazadas, como ocurre en el poema que comentamos, por la concatenación del presente o los presentes que invocando hechos de un pasado reciente se proyectan hacia el futuro. Cuando apareció el libro, el catedrático de la Universidad de Barcelona Antonio Vilanova escribió en una reseña de la revista Destino que "al trocar Aleixandre la contemplación jubilosa del mundo y del amor por una meditación sobre la vida, se hace eco de los problemas que atenazan desde siempre a la condición humana".

"En la plaza" está incluido en la segunda de las seis partes en que se organiza Historia del corazón, y que tiene por epígrafe "La mano extendida", que es la más extensa de todas ellas, y en la que la temática amorosa cede relevancia al sentido del vivir en comunidad como parte de un todo humano más ensanchado. El poema, que según Lázaro Carreter era el preferido de Aleixandre, lo escribió el 14 de noviembre de 1952. "En la plaza" puede interpretarse como una alegoría intemporal a favor de la vida vivida, donde la sucesión de acciones brota de la valoración que el poeta hace de una constatación, como es la de que vivir integrado, respaldado o acompañado, reafirma nuestra entidad individual al hacerla comunitaria. Y para enmarcarlo todo se corporeiza esta convicción en una marcha popular, en una manifestación espontánea, que, según confesión propia de Aleixandre a José Luis Cano, tuvo su embrión en la marcha del pueblo madrileño que el 14 de abril de 1931 se encaminó a la Puerta del Sol para celebrar la proclamación de la II República. Un motivo como el de la manifestación que se prestaba al dinamismo, adopta en manos de Aleixandre una cadencia expositiva nada estruendosa, que fomenta la introspección más que el vocerío y lo inconsecuente. A pesar de ese anclaje espacio-temporal en el impulso creativo primigenio, el texto presenta una total ausencia de referentes explícitos, porque el autor pretende saltar por encima de las motivaciones históricas para instalarse en una interpretación más universalizante y plurisignificativa de la realidad.

El poema de Aleixandre es una llamada a la convivencia pacífica sin distinciones, al vivir en plenitud el momento y calladamente, pero se canta no la vida en exclusiva de unos hombres y un país en particular, aunque el caso de España está muy presente, sino el de toda la humanidad. El poeta se reconoce como uno más, no se erige en guía, sino en embebecido instigador de la reunión colectiva, que se le ofrece en los primeros compases del poema y a la que accede sin demora. Se canta una unidad silenciosa y natural, espontánea, noble y sin protagonismos individualistas, "hermosamente humilde", dice Aleixandre en el primer verso. "En la plaza" es una celebración de la fraternidad, de que en la unidad se abre un resquicio al bien de la sociedad; una celebración, igualmente, de la equidad, del abrazo solidario y del remozamiento espiritual. El poeta es un ser social por antonomasia y busca en la unión con los otros una comunión ética, que ponga remedio a su soledad. La apuesta a favor del vivir colectivo se aprecia en otros poemas de Historia del corazón como "Vagabundo continuo".

La estructura métrica del poema responde a esquemas netamente aleixandrinos, ya que nos encontramos con una serie de versículos, preferencialmente paroxítonos, de diferente número de sílabas (los hay desde los que superan la treintena de sílabas hasta un tetrasílabo), que van agrupándose en nueve bloques estróficos tampoco equivalentes, ya que tres son de cuatro versos (los bloques 4, 6 y 9), dos de tres (los bloques 1 y 5), uno de cinco (el bloque 7), uno de seis (el bloque 2), uno de siete (el bloque 3) y uno de ocho (el bloque 8). Las agrupaciones estróficas apresan enunciados que comienzan y terminan dentro de sus límites, salvo en el caso de los grupos sexto y séptimo, donde el discurso oracional prosigue en el siguiente bloque. Estos grupos no constituyen ninguna clase de estrofa preestablecida, y en cuanto a la rima no es posible asignarle ninguna; aunque a veces se den casos de rima interna como éstos:

su gran mano que rozaba las frentes unidas y las reconfortaba [v. 20], Y ahora con el agua en la cintura todavía no se confía [v. 36].

La elección métrica aleixandrina habla de una importante libertad expresiva, una libertad que no desea el poeta conculcar enclaustrándose en una horma sancionada por la tradición, lo cual consigue reuniendo un cuerpo métrico muy heterogéneo, que denota una transigencia muy acorde con el pensamiento del poema: todos caben, nadie ni nada sobra.

Con este dilatado versolibrismo, el autor quiere configurar otro ritmo, que remite a los elementos constituyentes del discurso poético, y que son los que imprimen un ritmo que no apabulla al lector, sino que más bien lo sustentan en la idea que se pretende comunicar, elementos unificadores que se repiten moderadamente "En la plaza", como la ausencia de sonidos roncos o desestabilizadores; la acentuación en primera o segunda sílaba de muchos versos; las enumeraciones; las series de aliteraciones en sibilantes; la abundancia de sustantivos y adjetivos/participios de pasado; la construcción polisindética (la conjunción copulativa "y" aparece en 35 ocasiones), los paralelismos y construcciones anafóricas, la simetría sintagmática:
Allí cada uno puede mirarse y puede alegrarse y puede reconocerse [v. 24];

o la conduplicación que se advierte, por ejemplo, en:

Era una gran plaza abierta, y había olor de existencia. Un olor a gran sol descubierto, a viento rizándolo, un gran viento que sobre las cabezas pasaba su mano, su gran mano que rozaba las frentes unidas y las reconfortaba [vv. 17-20].

El versículo del poema es un verso libre mayor según la terminología acuñada por Navarro Tomás; un versículo coloquial, frecuentemente de generosa amplitud, porque lo que se canta en el poema es el valor de la gran colectividad humana, de la multitud entendida no como masa acéfala, sino como confluencia de deseos e ilusiones, y en consecuencia adopta sobre el papel una visualización acorde con lo que se está representando: una manifestación. La largura del verso viene reclamada por el afán de transmitir una verbalización del entusiasmo. La longitud del versículo relajado en períodos largos, con abundantes descansos en las pausas se complementa con el versículo cortado por frases breves que producen cierta tensión dramática. Así, frente a un versículo sin paradas, y que muy bien pudiera haberse traído a colación para lo expuesto líneas arriba sobre el paralelismo interno, como:

Allí cada uno puede mirarse y puede alegrarse y puede reconocerse [v. 24],

nos encontramos con un verso como el que se copia seguidamente:

La gran masa pasaba. Pero era reconocible el diminuto corazón afluido [v. 13].

El versículo de "En la plaza" es un verso casi doméstico, al modo de una conversación entre el yo público y el propio yo psicológico; un versículo en el que el poeta va enhebrando con sobrada naturalidad un léxico eficaz por lo cercano, un vocabulario en absoluto envarado, donde la variedad de vocablos es sustituida por términos muy del gusto aleixandrino: todos las palabras resultan de una llaneza paradigmática, como ratifica un sencillo muestreo de adjetivos ("puro", "sereno", "pequeño", "desnudo", "poderoso", "silenciosa", "existente", "bueno", etc.) o nombres comunes ("ojos", "viento", "tarde", "corazón", "boca", "espejo", "agua", "brazos", "plaza", "mano", etc.). El versículo de "En la plaza" está descargado de solemnidades retóricas, es un versículo inclinado a la repetición de estructuras análogas, que desparrama los contenidos y los recoge para volver a extenderlos en otra dirección; un versículo con música interna que va acumulando paralelismos próximos o distanciados. En el verso quinto escribe que no es bueno "quedarse en la orilla", y en el séptimo que es mejor "arrasarse en la dicha", donde la construcción verbo reflexivo+preposición+artículo+nombre común se repite. Otro ejemplo lo descubrimos en los versos 14-15:

(...) Allí con esperanza, con resolución, con fe, con temeroso denuedo, con silenciosa humildad (...),

donde a la forma preposición+nombre abstracto de los tres primeros elementos enumerados (esperanza, resolución, fe) le sigue la conformada por preposición +epíteto+nombre abstracto.
Los versículos del poema denotan un espíritu reposado, y esta fluidez únicamente se trastoca en una ocasión, al final del tercer grupo estrófico a causa de un encabalgamiento abrupto, donde el enunciado del verso penúltimo se interrumpe para dar entrada en el siguiente a una única forma verbal en imperfecto: "transcurría" [v. 16], y ello para subrayar que entre la muchedumbre, entre la comunidad indiferenciada también el hombre puede encontrar su autonomía, su parcela pensante y discrepadora. El poema contiene otro encabalgamiento localizable en el verso octavo:

Sino que es puro y sereno arrasarse en la dicha de fluir y perderse, [vv. 7-8].

Los versículos de "En la plaza" están despojados de imágenes superrealistas, pues el impulso lírico que le conducía a crear imágenes sorprendentes deja paso ahora a una veta más narrativa, donde la lengua poética se esponja y anhela el contacto directo con la realidad histórica, avanza la poesía de la "Generación del 50", tal y como puede apreciarse en los siguientes versos:

Como ése que vive ahí, ignoro en qué piso, y le he visto bajar por unas escaleras y adentrarse valientemente entre la multitud y perderse [vv. 10-12].

"En la plaza" se abre, en su primer bloque estrófico, con la radiante expresión de sentirse felizmente arrastrado por la multitud; el poeta se siente arrastrado sin poder evitarlo, pero es una imposición agradable como nos señala la aliteración del verso 3: "rumorosamente arrastrado"; el poeta se encuentra dentro de esa muchedumbre que se manifiesta: el tapiz semántico de acción y movimiento es extenso y urdido por todo el poema. Comienza el poema con un hipérbaton contundente: "Hermoso es", con el que se fija el carácter decisivo y bello de todo lo que va a exponerse en lo venidero. La elección hiperbatónica sólo tendrá continuación en el poema en el siguiente bloque. En otra parte del poema nos encontramos con un caso de hipérbaton raro, en tanto que no se explica a no ser como antídoto contra la sinalefa de haberlo puesto el autor después del verbo; el verso en cuestión es éste:

quisieras algo preguntar a tu imagen [v. 27].

La apertura del primer grupo estrófico ("Hermoso es, hermosamente humilde (...)") tiene una analogía matemática con el primer verso de otro poema de Historia del corazón, el titulado "Como un vilano", que inaugura el poemario, y donde se lee: "Hermoso es el reino del amor". Sin embargo, la pausa que "En la plaza" se introduce con el signo de puntuación de la coma hace el enunciado mucho más contundente. En este primer bloque ya aparece el gusto aleixandrino por los grupos de adjetivos o por las parejas de adjetivo+adjetivo adverbializado.

Pasa el poeta en el segundo bloque a criticar la inconveniencia del aislamiento y los beneficios de estar integrado en la comunidad. Es un bloque montado sobre la oposición y el contraste: oposición entre la construcción lingüística "no es" y "sino que es", a cada uno de cuyos segmentos les corresponden tres versos; oposición entre la concreción de la "orilla", el "malecón" o la "roca", y la abstracta sensación de "dicha"; oposición incluso entre el acto de "imitar a la roca", que es una mímesis improductiva, y el "palpita extendido", cargado de sentimiento y capacidad regenerativa.

En el tercer bloque, el poeta personaliza en un ciudadano cualquiera esta inserción en la muchedumbre, que se dirige con alegría festiva y ansia de justicia social a un sitio, la plaza del título. En este bloque ya se introducen variantes en las formas verbales, pese a la prevalencia todavía de la tercera persona. El espacio público de la plaza copa la atención del cuarto grupo estrófico, una plaza que es, además, grande y abierta, lugar de concordia y celebración. No hay avance temático, sólo explicitación de una percepción ilusionante que desata algo a lo que no se le da rostro textual.

En el grupo estrófico quinto se ensancha todavía más la impresión de euforia ilimitada, de superación de barreras cuando la muchedumbre minimiza con su presencia espacios de cierta limitación física como la plaza, ya que las gentes anónimas cubren completamente el piso de la plaza, ésta deja de existir como tal ante la presencia de los hombres.

Llega entonces en los grupos sexto y séptimo el reconocimiento de cada cual, una vez que se ahoga la egolatría y el narcisismo individualista, cuando exclama el poeta tomándose como ejemplo:

no te busques en el espejo, en un extinto diálogo en que no te oyes [vv. 28-29].

A partir del sexto bloque se muda aparentemente el receptor con la aparición de una segunda persona que en realidad es un correlato del yo poético, debido probablemente a la pretensión del poeta de no capitalizar su posición dentro del enunciado. Gracias a esta técnica, se crea una ambivalencia de eficacia expresiva alta.

En el octavo bloque estrófico se demora en la transformación y los efectos placenteros que proporciona el asumir la nueva identidad como molécula de un átomo social regenerador, para lo cual utiliza el símil de un bañista (coincidiendo aquí con Walt Whitman) que se introduce en el mar, un mar que recuerda los vidas-ríos manriqueños, y del que sale completamente transformado como indica ese final estrófico "y es joven", que se impregna de modo tan intenso en la retina del lector. El mar aleixandrino es, como en muchos otros, medio seminal y de purificación por excelencia, donde se producirá un nuevo nacimiento, un desvelamiento de otra realidad radicalmente distinta y enriquecedora. Será entonces cuando el dinamismo negativo de las estrofas precedentes (alimentado con las tiradas adjetivas y las subordinaciones), configuradas según una técnica dilatoria, de paso a una progresión, a un dinamismo positivo, provocado por la aglomeración verbal, ya que en tan sólo ocho versos, Aleixandre utiliza veinte formas verbales, siempre en presente de indicativo. La colocación de los verbos al final de cuatro de los versos hace que psicológicamente el lector conceda primacía a la acción, al movimiento, a la iniciativa que el texto pretende incrustar en la conciencia del lector. Los elementos que podríamos considerar de filiación más o menos marítima, o relacionados con lo acuático, se desparraman por el poema, con sustantivos como "bañista", "agua", "espuma", "torrente", etc.; adjetivos como "afluido" o "mezclado"; y formas verbales como "introduce", "se lanza", "fúndete". Lo acuático puede tomarse aquí como moderada alusión al amor sexual, encarnando la penetración del cuerpo anónimo e individual en el cuerpo comunitario, en una concentración totalizadora. Lo líquido del mar se contrapone a lo pétreo de la plaza, lo que está en constante cambio y renovación, oreando el entorno y mudándose, se contrapone así al estatismo inamovible, desgastado y anacronizante.

El último bloque es una invitación imperiosa a formar parte de la multitud, que pone el broche en una exclamación de poderosa fuerza expresiva, en la que se repite por tres veces una palabra clave como "corazón", término al que, por única vez en todo el poema, se le antepone y pospone un calificativo gradatorio. Concluye el discurso poético ascensionalmente, cuando el hombre inicia su metamorfosis, ya que el primer hemistiquio puede tomarse como una acción que acaba de comenzar: "Así, entra con pies desnudos". El adverbio modal nos da pie para suponerlo. Al rematar el autor su composición con la forma verbal "alcanza", creo que logra solidificar en las prioridades lectoras un ansia: que se llegue a una concordia civil. Con este último bloque la organización de contenidos del poema podemos tomarla como dotada de cierto sentido circular, ya que el primer y el último grupo estrófico se osmotizan: el último bloque es más indeciso que el primero, pues apunta hacia una aspiración que en el primer bloque talmente parece conseguido.
El ideal de fusión, mezcla o simbiosis entre el individuo y la multitud es convocado, en diversas ocasiones, con un tono que sube conforme se refieren las ventajas de esta comunión. Veámoslo en estos versos:

Y era el serpear que se movía como un único ser, no sé si desvalido, no sé si poderoso, pero existente y perceptible [vv. 21-23];

o en éste:

Oh, desnúdate y fúndete, y reconócete [v. 32];

o mismamente en la exclamación final, donde ya lo particular está a punto de fundirse con lo universal, el "corazón diminuto" con el "unánime corazón", y donde la disposición del epíteto no es aleatoria:

¡Oh pequeño corazón diminuto, corazón que quiere latir para ser él también el unánime corazón que le alcanza! [vv. 43-44].

Al mezclarse, el hombre desciende del pedestal que le impedía comprender la realidad en toda su dimensión, como se recoge en el verso 30:
"Baja, baja despacio y búscate entre los otros".
Incrustarse en la riada colectiva, lejos de ser una renuncia, es un reforzamiento de las propias aspiraciones. La comunidad se concretiza en indefiniciones como "los otros", "los demás", "un único ser", "la gran masa". Esta fusión con los demás parece remitir en Aleixandre a moldes ascético-místicos, dado el sentido electrizante e imparable de esta ceremonia, tal y como se aprecia en el arranque del poema:

sentirse bajo el sol, entre los demás, impelido, llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado [vv. 2-3].

Con todo, en el poema no se consuma de forma completa el ensamblaje de los hombres con sus semejantes, sino que se incita continuamente a ello, y la última estrofa deja en suspensión la consumación a la que el corazón humano, el hondo sentir de los hombres, no quiere resistirse. Hay una llamada encandiladora que el hombre ansía corresponder. Leemos en el verso 42:

Entra en el torrente que te reclama y allí sé tú mismo.

Las singularidades individuales de los hombres forman así un todo compacto, una nueva singularidad colectiva no aislada que revitaliza la condición de cada cual y de toda la generalidad. Así, los hombres se hacen realmente conscientes de su lugar en el mundo en que se desenvuelven; Aleixandre viene a decirnos que el hombre no es completamente humano hasta que no se fusiona con sus prójimos semejantes, adquiriendo, entonces, una humanidad más humana. Al anular su entidad individual, asumen el sentir general y se sienten renovados, precisan de la solidaridad para caminar con un objetivo fijo y poder salvar los obstáculos que se les presenten. Desde un punto de vista pragmático, el poema pudo muy bien calar en el receptor como revulsivo contra la cobardía social en la España de la inmediata posguerra. En esta llamada a la unidad, no hay huella política alguna, porque Aleixandre lo que ha hecho ha sido transportar un hecho puntual de su juventud (proclamación de la II República) a otra tesitura.

Al hombre no le basta con "conocer", ya que en el "reconocerse" se limpia de impurezas y aspira a otra percepción del mundo. El crítico italiano Dario Puccini afirma que "en la acción del `reconocerse' y del `reconocer' toma cuerpo y se resuelve la conciencia de la crisis, o sea, la amplia insatisfacción existencial del poeta". El campo semántico del "reconocimiento" no es potestativo de este poema sino que aparece estructurando la materia de otros poemas de Historia del corazón como los titulados "Ten esperanza", "El otro dolor", "La explosión", "Ante el espejo", "El poeta canta por todos", "La clase", o en el titulado "En la oscuridad", donde Aleixandre ha escrito un verso que no disonaría absolutamente nada de haberlo incluido el autor en el poema que analizamos:

Una sola criatura viviente, padecida, de la que cada uno, sin saberlo, es totalmente solidario.

En el poema en el que nos hemos detenido como un ejemplo posible en la obra aleixandrina de modulación moral con miras sociales, el "reconocerse" aparece en forma adjetiva (v. 13), y verbal, bien como infinitivo (v. 24), imperativo (v. 32) o presente de indicativo (v. 38). La variedad rebaja la hipotética insistencia machacona de una forma única y dota a las pretensiones líricas de una sugestión que coadyuva a la meta perseguida por el poeta